El arrancamiento de las pinturas de santa Caterina
Las pinturas murales de la capilla de santa Catalina se arrancaron, entre los años 1927 y 1933, con el sistema del strappo: una técnica desarrollada en Italia que permite extraer la película pictórica del muro, mediante telas encoladas a la superficie, y traspasarla a un nuevo soporte para convertir la decoración que formaba parte del edificio en un objeto mueble transportable.
El restaurador de Bérgamo Franco Steffanoni, con la ayuda de dos colaboradores, introdujo esta técnica en Cataluña a inicios del siglo xx. Parece que uno de estos ayudantes, Arturo Cividini, restaurador que ejerció gran parte de su carrera profesional entre Cataluña y Mallorca, ejecutó el arrancamiento y traspaso del ciclo de la Seu d’Urgell.