«Es notable que santa Catalina se muestra maravillosa en v causas: primero en sabiduría, la IIa en hablar, la IIIa en firmeza, la IIIIa en limpia castidad, la quinta en privilegio de dignidad.»
«De Senta Katherina», Vides de sants rosselloneses (siglo XIII).
Catalina, patrona de la escolástica en occidente
Según los relatos hagiográficos, en la época del emperador Magencio, Catalina, hija del rey Costo, se negó a ofrecer sacrificios a los ídolos. Entonces se convocó, en Alejandría (Egipto), una disputa dialéctica entre ella y cincuenta filósofos paganos, que persuadidos por su retórica, se convirtieron al cristianismo. Catalina fue sometida a diversos suplicios, como el de la rueda con cuchillos, sin embargo de todos ellos salió indemne gracias a la intervención divina. Por último fue decapitada, y su cuerpo fue milagrosamente trasladado por ángeles al monte Sinaí, donde desde entonces se le rinde culto.
Entre los siglos XII y XIII la peregrinación a Tierra Santa y las Cruzadas impulsaron en Occidente una veneración muy especial por la santa de Alejandría. Tenida como ejemplo de sabiduría, se convirtió en París en la patrona de los escolares y de los estudiantes de teología, y en una santa especialmente venerada por los frailes dominicos, defensores por antonomasia de la ortodoxia católica contra los herejes. El primer convento dominico de Cataluña, fundado en Barcelona en 1221, estaba dedicado a santa Catalina.